Actualmente, el diseño de un nuevo colegio debe adaptarse a las nuevas pedagogías que se aplican cada vez con más frecuencia y que están cambiando la educación .Trabajo por proyectos, design thinking, aprendizaje por retos, educación holística, clases transversales, etc… son diferentes maneras de enseñar que utilizan cada vez más los profesores. Nuestra labor como diseñadores de espacios consiste en ofrecer al profesor el mejor escenario para que este aprendizaje suceda.
Proponemos un diálogo necesario educación-arquitectura para que los niños puedan vivir el espacio como una experiencia personal desde la cual crear territorios y conquistar una autonomía moral y cognitiva. Las aulas a las que estamos acostumbrados son un espacio muy válido para dar clases magistrales, en las que el profesor habla y el alumno escucha. Pero además de esto, debemos ofrecer espacios en los que los alumnos puedan trabajar en grupo, en los que dos profesores puedan desarrollar dinámicas conjuntamente con varios grupos, espacios para experimentar y espacios para concentrarse.
Este proyecto propone dar el mayor número de posibilidades al profesor para conseguir el mejor desarrollo del alumno. La flexibidad de la escuela no se basa solo en la viabilidad de ampliar la superficie del colegio, sino también en la posibilidad de dar una clase en un espacio común, la facilidad de juntar dos grupos o la oportunidad de que los alumnos trabajen en el espacio exterior.
Esto se consigue ensanchando las comunicaciones y convirtiendo los pasillos en zonas de estar y donde poder realizar actividades. ¡Cualquier lugar es válido para aprender! El juego, la actitud lúdica y compartida son el hilo conductor de los espacios proyectados.
El nuevo colegio quiere adaptarse a la escala del niño, ya que es un edificio donde él debe ser en centro. Así como en la ciudad los niños quedan sobrecogidos por una escala ajena a ellos, en su escuela deben sentirse seguros y autónomos. Se busca diluir los límites con la ciudad existente (mediante espacios verdes) y generar un pequeño pueblo adaptado a su escala, desde donde el niño es capaz de construir su paisaje interno e interpretar la complejidad de los paisajes urbanos. El pueblo se organiza entorno a la plaza mayor, donde se concentra la mayor actividad. Cada uno de los barrios (o ciclos, o interciclos) que compone este pueblo, se organizan entorno a un espacio común (sala polivalente) y seis casas (aulas).
Con este concepto se consigue crear un sentimiento de pertenencia del alumno con su barrio y su pueblo y al mismo tiempo dotar al equipo docente de más herramientas para lograr una educación de calidad.
Los niños no se sienten protegidos en las ciudades, ya que están hechas a una escala que no pueden controlar, en cambio se sienten cómodos y seguros en los parques o en los pueblos. En estos espacios tienen una mayor independencia y una mayor movilidad.
La escuela debe adaptarse a la escala de su usuario principal, el alumno. Por ello, el proyecto reduce su escala para conseguir una mayor autonomía, movilidad y flexibilidad por parte del alumno.
El pueblo se compone de diferentes barrios que pueden funcionar independientemente, pero que a la vez se relacionan a un amplio nivel mediante los edificios públicos. Estos son el comedor, el gimnasio, la biblioteca o la administración. Todo el paisaje de aprendizaje se organiza entorno a la plaza mayor.
Los barrios están formadas por 6 casitas o aulas y una plaza. Cada uno de los barrios tiene una identidad propia y facilitan el sentido de pertenencia del alumno, dandole libertad de movimiento en su propio barrio y generando un
espacio común que compartir con las otras casitas.
Aprovechando los espacios de comnicaciones se proponen espacios de encuentro, reunión y de estancia. Los pasillos no sólo sirven para facilitar las comunicaciones, sino que se pueden aprovechar para generar espacios
de aprendizaje distendido. Espacios más amplios en los que juntar a varios grupos, conversar con alumnos de otro curso o realizar talleres. La flexibilidad del alumno depende de las posibilidades que se le ofrezcan.
Todas las aulas tienen una conexión con el exterior y con su plaza de barrio, de esta manera se acentúa esa referencia con la vida en el pueblo. Se potencia la socialización entre diferentes cursos mediante la plaza y se libera el espacio interior mediante la conexión visual con la vegetación exterior.
Un colegio nuevo es un gran cambio para el barrio, por ello se propone que la comunidad pueda beneficiarse también de esta nueva dotación en el barrio. Tanto el gimnasio, como la huerta y la biblioteca están configuradas de manera que puedan funcionar independientemente del colegio en horario no lectivo. Tanto los vecinos como
la residencia de ancianos pueden usar estas dotaciones.
_ INFANTIL
_ PRIMARIA
El giro en la ordenación de las construcciones mejora el soleamiento y proporciona una orientación mas favorable. Se aprovecha mejor la anchura de la parcela facilitando la inclusión del área de aparcamiento y de la gran masa arbórea.
La orientación, geometría y huecos del proyecto surgen como respuesta a un adecuado comportamiento del mismo frente al soleamiento de la parcela, siempre teniendo en cuenta el uso que se va a realizar en el interior del edificio.
El edificio prioriza el uso de la luz natural, empleándose luz lateral desde las ventanas de paramentos verticales y luz cenital en cubiertas, con orientación sur y con control desde el exterior para evitar el exceso de soleamiento.
La configuración del aula evita los deslumbramientos sobre la pizarra y las superficies de trabajo. Se utilizan mecanismos de control mediante lamas orientadas por el exterior del edificio y se eligen las especies vegetales adecuadas en los patios que ayuden al asoleo en invierno y sombreamiento en verano.
Más sobre diseño de patios escolares.
CONCURSO DE ESCUELA INFANTIL Y PRIMARIA
2018
VILLIMAR, BURGOS
AJO taller de arquitectura AU arquitectos